Wednesday, February 13, 2013

Las cosas que nunca se dicen católicos

Time to break out your translating skills!  I preached in English this morning, but I didn't have anything written down.  That wasn't going to fly so much for Spanish, so I wrote it out.  Thus, all you get is my homily in Spanish for el miercoles de las cenizas.  Disfruta!

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Homilía: Miércoles de las Cenizas – Ciclo C
¡Gracias a Dios que está Cuaresma! ¡Ahora tengo una excusa para no comer dulces!  (El Domingo de Pascua) ¡Ojalá que la Cuaresma podría ser de dos semanas más!  ¡Me gustaría que pudiéramos recibir las cenizas cada día para que la gente se fijara en mí más!  Estas son declaraciones que planeo en incluir en mi primero libro titulado "Las cosas que nunca se dicen católicos".
Aquí estamos de nuevo en el comienzo de otra temporada de Cuaresma. Si eres un buen católico, ya ha comprometido a renunciar a algo. Si eres un muy buen católico, te has comprometido a renunciar a algo que sea difícil para dejar. Pero, si tú ya has pensado a sí mismo "No puedo esperar hasta la Pascua para que pueda tener esa cosa de nuevo", ya has fracasado en lograr el objetivo de la Cuaresma.
Esto es porque la Cuaresma no se trata de torturar a nosotros mismos durante cuarenta días para ver si podemos aguantar a pesar de todo sólo para volver a ser lo mismo una vez que llega Pascua.  Ciertamente, esto podría hacer que nos sintamos bien con nosotros mismos, pero se pierde el punto.  En ese caso, todo lo que estamos tratando de hacer es para impresionar a Dios con nuestros sacrificios; y déjeme decirles que nuestros sacrificios no le impresionan mucho.  El único que alguna vez le impresionó fue el sacrificio de su Hijo en la cruz.  Esto es decir que el no necesita nuestros sacrificios; sino que somos nosotros los que necesitamos para hacerlos.
En la lectura del profeta Joel, Dios nos llama a "rasgar nuestros corazones y no las vestiduras". Lo que quiere decir que no debemos hacer un espectáculo de nuestra contrición. Y en el Evangelio, Jesús nos dice que "cuando ayunamos, no debe parecer que estás ayunando, sino como si estamos sanos y bien alimentados", y que "cuando damos limosna la mano derecha no debe saber lo que la mano izquierda está haciendo", y que "cuando oramos, debemos ir a un lugar privado", ya que sólo el Padre quien debe saber lo que estamos haciendo.  Lo que esto significa para nosotros es que la Cuaresma no se trata de quién puede hacer estas cosas (la oración, el ayuno y la limosna) mejor que nadie, o sobre lo que podemos demostrar a Dios por nuestras acciones extremas, pero es más bien acerca de la eliminación de obstáculos entre nosotros y Dios.
Ya ves, nuestros pecados nos han vinculado al mundo, poniendo una barrera entre nosotros y Dios. Cuaresma, por lo tanto, es un momento especial que nos llama a arrepentirnos de nuestros pecados y desvincularnos de las cosas de este mundo por medio del ayuno, oración y limosna.  Por lo tanto, comenzamos por renunciar a algo que ponemos demasiado valor en, algo que se interpone entre nosotros y Dios.  Entonces comenzamos a orar más profundamente, porque empezamos a ver a Dios con más claridad.  Por último, nos sentimos impulsados a compartir con los demás, porque hemos aprendido que no necesitamos todo lo que tenemos para ser felices: que nuestra comunión con Dios y con los demás es suficiente.
Por lo tanto, nuestro objetivo para la Cuaresma no es tanto la "perseverancia" en nuestras disciplinas de Cuaresma como es "desprendimiento" de las cosas que nos separan de Dios. Si lo hacemos bien, no vamos tanto “respirar un suspiro de alivio” el domingo de Pascua que nuestro tiempo de penitencia ha terminado como vamos a gritar de alegría en la celebración de lo que Cristo ha hecho por nosotros.
Dado en la parroquia Todos los Santos: Logansport, IN
23º de febrero, 2013 – Miércoles de las Cenizas

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